La vida es extraña
Oct. 28th, 2005 12:08 am![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Tengo sueño atrasado, dos relatos (y los que no quiero contar)
atrasados, un montón de cosas que hacer que voy
atrasando...demasiado, correos por responder,....El reloj no lo tengo
atrasado porque siempre lo llevo adelantado (no, no funciona: aún así
siempre llego tarde).
Por otro lado, el tiempo me parece atrasado, me refiero al metereológico. Hoy parece primavera, llueve como en primavera, hace ese calor que no sabes de dónde viene ni por dónde ha aparecido tan típico de primavera.
Las estaciones me afectan bastante...así que eso me desconcierta un poco.
Me han pasado tantas cosas en estos días en que no he escrito que he perdido la cuenta y alargado el tiempo para que entren, de modo que lo que me ocurrió el sábado me parece que ocurrió el sábado anterior...es extraño.
La vida es extraña. Nunca intentéis convenceros de lo contrario: por muy vulgar que parezca vuestra vida, nunca será lo suficientemente vulgar como para no ser única y extraña. "Más lo primero que lo segundo y también viceversa", que diría Benedetti.
Qué razón tenía Benedetti, casi siempre, pero sobre todo en ese poema.
En realidad, esta es una entrada atrasada para hablaros de dos personajes jodidos y radiantes.
Para hablaros de porqué, a veces, es imposible no amar el cine.
Para hablaros de cosas que no sólo pasan en las películas.
Para hablaros de La vida secreta de las palabras.
(No sigas leyendo si no la has visto....VETE A VERLA. No es que haya mucho spoiler, pero no te vas a enterar de nada....vale, si la has visto igual tampoco....he dicho ya que tengo sueño atrasado??)
No sé si me gusta más todo lo acertado de la película o el inmenso mérito que implica no haber metido la pata en nada, porque me parece tan difícil contar algo así sin caer en lo fácil, en lo sensiblero, en lo morboso, en lo adoctrinante....
Pero la película no cae, hace caer, de cabeza, "caer en amor", que dirían los ingleses.
Personalmente, estoy enamorada, de todos: Quiero que Hanna-Cora me cuide y me deje que la quiera muchomuchomucho, tanto que no tema ahogarse, tan bien que no tema ahogarme.
Estoy enamorada de Joseph, y quiero ser muy grande para poder cogerle de los brazos mientras aprende a nadar y decirle que sobrevivirá porque muchos sobreviven, a todo, y curarle las heridas y también que me bese, no en un beso perfecto como esos de las películas sino como lo hace él, con miedo, con cuidado y con dudas....y con todo el alma.
Estoy enamorada de Simon y sé que cocina como nadie y nunca nunca le pediré hamburguesas.
Nunca.
Haré piquetes a la puerta de "esos lugares donde las sirven" con un cartelón que diga que "La comida que cocina Simon a ritmo de todas las músicas del mundo es la mejor que he comido en mi vida"
Estoy enamorada del oceanógrafo y contaría con él todas las olas del mundo y todos los mejillones del mundo...aunque no sé si sería capaz de decirle que es útil (porque yo misma necesito que alguien me diga que es útil, aún más veces de las que Alguien me lo dice)
Estoy enamorada de Inge porque nunca haré algo tan importante como lo que ella hace pero seguiré haciendolo a mi minúscula escala, siempre que pueda, siempre que alguien me deje, siempre que alguien me llame y no diga nada, siempre, mantendré la línea abierta. Nunca olvidaré.
Y estoy enamorada de todos los demas, porque todos lo merecen, porque todos lo merecemos.
Pero que nadie se equivoque...no son los personajes de los que hablo: Son las personas que representan. Todas las personas perdidas que están aquí y allí, que han sufrido más o menos y que siguen, porque la gente sobrevive, a veces incluso se avergüenza de ello, pero lo hace.
Siempre me ha parecido asombroso la cantidad de experiencias, algunas terribles, otras maravillosas, que puede llevar una persona bajo la piel, bajo ese rostro que sólo es un rostro, dentro del cuerpo que sólo es un cuerpo, ...bajo una apariencia fría y vulgar.
Nadie es vulgar.
La vida es extraña, todas las vidas lo son, todas son especiales y únicas, todas merecen una oportunidad, un abrazo, una mano en la mejilla, un "aprenderé a nadar".
Quizá algunos pierdan ese derecho a merecerlo...no lo sé, es una pregunta que nunca he sabido responder. Supongo que hay cosas imperdonables.
Inolvidables e imperdonables.
Por eso nunca debemos olvidar.
Pero no hay duda de que la gran mayoría lo merecen, por una razón muy simple: Porque lo quieren dar, con esfuerzo, con dolor, con todo en contra.
Aprender a nadar da miedo pero merece la pena.
Por otro lado, el tiempo me parece atrasado, me refiero al metereológico. Hoy parece primavera, llueve como en primavera, hace ese calor que no sabes de dónde viene ni por dónde ha aparecido tan típico de primavera.
Las estaciones me afectan bastante...así que eso me desconcierta un poco.
Me han pasado tantas cosas en estos días en que no he escrito que he perdido la cuenta y alargado el tiempo para que entren, de modo que lo que me ocurrió el sábado me parece que ocurrió el sábado anterior...es extraño.
La vida es extraña. Nunca intentéis convenceros de lo contrario: por muy vulgar que parezca vuestra vida, nunca será lo suficientemente vulgar como para no ser única y extraña. "Más lo primero que lo segundo y también viceversa", que diría Benedetti.
Qué razón tenía Benedetti, casi siempre, pero sobre todo en ese poema.
En realidad, esta es una entrada atrasada para hablaros de dos personajes jodidos y radiantes.
Para hablaros de porqué, a veces, es imposible no amar el cine.
Para hablaros de cosas que no sólo pasan en las películas.
Para hablaros de La vida secreta de las palabras.
(No sigas leyendo si no la has visto....VETE A VERLA. No es que haya mucho spoiler, pero no te vas a enterar de nada....vale, si la has visto igual tampoco....he dicho ya que tengo sueño atrasado??)
No sé si me gusta más todo lo acertado de la película o el inmenso mérito que implica no haber metido la pata en nada, porque me parece tan difícil contar algo así sin caer en lo fácil, en lo sensiblero, en lo morboso, en lo adoctrinante....
Pero la película no cae, hace caer, de cabeza, "caer en amor", que dirían los ingleses.
Personalmente, estoy enamorada, de todos: Quiero que Hanna-Cora me cuide y me deje que la quiera muchomuchomucho, tanto que no tema ahogarse, tan bien que no tema ahogarme.
Estoy enamorada de Joseph, y quiero ser muy grande para poder cogerle de los brazos mientras aprende a nadar y decirle que sobrevivirá porque muchos sobreviven, a todo, y curarle las heridas y también que me bese, no en un beso perfecto como esos de las películas sino como lo hace él, con miedo, con cuidado y con dudas....y con todo el alma.
Estoy enamorada de Simon y sé que cocina como nadie y nunca nunca le pediré hamburguesas.
Nunca.
Haré piquetes a la puerta de "esos lugares donde las sirven" con un cartelón que diga que "La comida que cocina Simon a ritmo de todas las músicas del mundo es la mejor que he comido en mi vida"
Estoy enamorada del oceanógrafo y contaría con él todas las olas del mundo y todos los mejillones del mundo...aunque no sé si sería capaz de decirle que es útil (porque yo misma necesito que alguien me diga que es útil, aún más veces de las que Alguien me lo dice)
Estoy enamorada de Inge porque nunca haré algo tan importante como lo que ella hace pero seguiré haciendolo a mi minúscula escala, siempre que pueda, siempre que alguien me deje, siempre que alguien me llame y no diga nada, siempre, mantendré la línea abierta. Nunca olvidaré.
Y estoy enamorada de todos los demas, porque todos lo merecen, porque todos lo merecemos.
Pero que nadie se equivoque...no son los personajes de los que hablo: Son las personas que representan. Todas las personas perdidas que están aquí y allí, que han sufrido más o menos y que siguen, porque la gente sobrevive, a veces incluso se avergüenza de ello, pero lo hace.
Siempre me ha parecido asombroso la cantidad de experiencias, algunas terribles, otras maravillosas, que puede llevar una persona bajo la piel, bajo ese rostro que sólo es un rostro, dentro del cuerpo que sólo es un cuerpo, ...bajo una apariencia fría y vulgar.
Nadie es vulgar.
La vida es extraña, todas las vidas lo son, todas son especiales y únicas, todas merecen una oportunidad, un abrazo, una mano en la mejilla, un "aprenderé a nadar".
Quizá algunos pierdan ese derecho a merecerlo...no lo sé, es una pregunta que nunca he sabido responder. Supongo que hay cosas imperdonables.
Inolvidables e imperdonables.
Por eso nunca debemos olvidar.
Pero no hay duda de que la gran mayoría lo merecen, por una razón muy simple: Porque lo quieren dar, con esfuerzo, con dolor, con todo en contra.
Aprender a nadar da miedo pero merece la pena.