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Voy a decir poco sobre Super 8 porque considero que es de esas películas que hay que ir a ver sin saber nada de ellas. Yo lo he logrado. Creo que sus autores se han currado lo de que, con toda la expectación que había a su alrededor, fuese posible ir a verla sin saber gran cosa y se les agradece.
Super 8 me ha gustado, bastante. No me parece una obra maestra, ni particularmente original (aunque esto podría ser discutible), ni redonda... sólo una buena película con una inteligentísima dirección, buenos actores y un guión muy bueno que quizá flaquea al final (lo cual, además, me parece excusable).
Muy entretenida, emocionante, sorprendente, inquietante durante la mayor parte del metraje y con tensión muy bien mantenida.
Si no estuviese producida por Steven Spielberg, resumiría todo en que es un homenaje a Steven Spielberg. Lo es, aún así.
Grupo de amigos pre-adolescentes se enfrentan a un hecho misterioso. Lo hemos visto muchas veces pero hay que saber hacerlo y hacerlo bien, y eso es lo que tiene esta película.
Nostálgica, es un adjetivo que aparece en casi cuaquier crítica de la película. Quizá el mayor acierto de Abrams en Super 8 es caer en la cuenta de que todas esas cosas tan típicas del cine de los ochenta que habían caído en desuso por desgaste, vuelven a tener un nicho en el cine actual.
El misterio y la exaltación de la amistad como prioridades, aunque sacrifiquen el realismo en muchos momentos. Personalmente, me sobran los rollos paterno-filiales, pero tampoco estropean la película.
En definitiva, una historia que merece la pena ver, que no creará escuela tan sólo porque esa escuela está creada hace tiempo. Pero, si tienen que existir las películas americanas típicas veraniegas con efectos especiales que arrasan en taquilla, firmo ahora porque vuelvan a ser como eran, porque sean como ésta, con ese “algo” que tiene y que no sé cómo definir. Dejémoslo en magia.
Por último: NO OS PERDÁIS LOS TÍTULOS DE CRÉDITO AL FINAL.
Super 8 me ha gustado, bastante. No me parece una obra maestra, ni particularmente original (aunque esto podría ser discutible), ni redonda... sólo una buena película con una inteligentísima dirección, buenos actores y un guión muy bueno que quizá flaquea al final (lo cual, además, me parece excusable).
Muy entretenida, emocionante, sorprendente, inquietante durante la mayor parte del metraje y con tensión muy bien mantenida.
Si no estuviese producida por Steven Spielberg, resumiría todo en que es un homenaje a Steven Spielberg. Lo es, aún así.
Grupo de amigos pre-adolescentes se enfrentan a un hecho misterioso. Lo hemos visto muchas veces pero hay que saber hacerlo y hacerlo bien, y eso es lo que tiene esta película.
Nostálgica, es un adjetivo que aparece en casi cuaquier crítica de la película. Quizá el mayor acierto de Abrams en Super 8 es caer en la cuenta de que todas esas cosas tan típicas del cine de los ochenta que habían caído en desuso por desgaste, vuelven a tener un nicho en el cine actual.
El misterio y la exaltación de la amistad como prioridades, aunque sacrifiquen el realismo en muchos momentos. Personalmente, me sobran los rollos paterno-filiales, pero tampoco estropean la película.
En definitiva, una historia que merece la pena ver, que no creará escuela tan sólo porque esa escuela está creada hace tiempo. Pero, si tienen que existir las películas americanas típicas veraniegas con efectos especiales que arrasan en taquilla, firmo ahora porque vuelvan a ser como eran, porque sean como ésta, con ese “algo” que tiene y que no sé cómo definir. Dejémoslo en magia.
Por último: NO OS PERDÁIS LOS TÍTULOS DE CRÉDITO AL FINAL.