Republicación
Jul. 11th, 2007 07:56 pmCuando Peter Bodganovich le dijo a Howard Hawks que iba a hacer algo así como una versión de La fiera de mi niña, Howard Hawks, tan frío como de costumbre, le preguntó “¿Aparece un leopardo?”. Bodganovich, admirador de Hawks, temía que le molestase y se alegró de que esa fuese su primera pregunta. “No”. Hawks volvió a preguntar “¿Y un esqueleto de dinosaurio?” “Por supuesto que no”. “Oh, entonces no veo la relación”.
Por si alguien se pierde, la otra película era “¿Qué me pasa doctor?”. Me sorprendió el miedo de Bodganovich cuando escuché esa anécdota por primera vez. Creo que la fina línea entre el homenaje y el plagio está más que superada en este caso, y que la verdadera relación entre ambas, mujeres piradas y científicos tímidos aparte, está en que son dos de las películas más graciosas de la historia.
En este caso, la fina línea no está tan superada. Pido perdón por ello, pero es la primera vez que escribo (creo que en mi vida, caray) una historia compleja en la que ocurren muchas cosas y hay acción. Quería escribir un caso, absolutamente distinto a éste. De hecho, quería escribir dos casos que ya tenía en mente, pero esto se coló: ya sabéis que las historias carecen de educación.
En mi intento de traspasar esa línea, di una vuelta de tuerca más de la cuenta. Ese es el motivo por el que este relato estuvo aquí durante unas horas el domingo y luego desapareció: La historia carecía totalmente de sentido si aquello ocurría. Era mucho más emocionante, pero en absoluto creíble. Había que eliminar el principio o aquel giro. Y, qué le vamos a hacer, yo soy muy fiel a mis principios. Creo que ha sido mejor esta opción.
Me da cierta pena pensar que podría ser una historia mucho mejor, seguro que llegaría a serlo si la sigo revisando, pero el mayor defecto que le veo sigue siendo un defecto de base y, por otro lado, me hace demasiado ilusión haber escrito algo así (por fin!!!!) para dejarla abandonada. Ahí queda, y que sea lo que tenga que ser.
Hace poco, Evalangui me decía que mi relato estaba bien y tal, un relato cuyo nombre ahora mismo no recuerdo pero estaba pensando que debería haberse titulado “Algo para recordar”. El caso es que Evalangui consideraba que Mulder no sufría lo suficiente. Y yo pensé que si había escrito un relato en el que Mulder pareciese no sufrir lo suficiente era que había hecho algo muy muy mal. Porque todos sabemos que la función principal de los fanfics es que los personajes tengan mucho sexo y sufran aún más que en las historias originales, lo cuál suele requerir mucho más ingenio que lo primero, al menos en el caso de Expediente X, ya que en la serie había todo menos sexo y sobraba sufrimiento por todas partes. No diré cuánto hay de lo uno y de lo otro, no diré más, estáis invitados a pasar y jugar a un pequeño juego: el de las escaleras y las serpientes.
Por si alguien se pierde, la otra película era “¿Qué me pasa doctor?”. Me sorprendió el miedo de Bodganovich cuando escuché esa anécdota por primera vez. Creo que la fina línea entre el homenaje y el plagio está más que superada en este caso, y que la verdadera relación entre ambas, mujeres piradas y científicos tímidos aparte, está en que son dos de las películas más graciosas de la historia.
En este caso, la fina línea no está tan superada. Pido perdón por ello, pero es la primera vez que escribo (creo que en mi vida, caray) una historia compleja en la que ocurren muchas cosas y hay acción. Quería escribir un caso, absolutamente distinto a éste. De hecho, quería escribir dos casos que ya tenía en mente, pero esto se coló: ya sabéis que las historias carecen de educación.
En mi intento de traspasar esa línea, di una vuelta de tuerca más de la cuenta. Ese es el motivo por el que este relato estuvo aquí durante unas horas el domingo y luego desapareció: La historia carecía totalmente de sentido si aquello ocurría. Era mucho más emocionante, pero en absoluto creíble. Había que eliminar el principio o aquel giro. Y, qué le vamos a hacer, yo soy muy fiel a mis principios. Creo que ha sido mejor esta opción.
Me da cierta pena pensar que podría ser una historia mucho mejor, seguro que llegaría a serlo si la sigo revisando, pero el mayor defecto que le veo sigue siendo un defecto de base y, por otro lado, me hace demasiado ilusión haber escrito algo así (por fin!!!!) para dejarla abandonada. Ahí queda, y que sea lo que tenga que ser.
Hace poco, Evalangui me decía que mi relato estaba bien y tal, un relato cuyo nombre ahora mismo no recuerdo pero estaba pensando que debería haberse titulado “Algo para recordar”. El caso es que Evalangui consideraba que Mulder no sufría lo suficiente. Y yo pensé que si había escrito un relato en el que Mulder pareciese no sufrir lo suficiente era que había hecho algo muy muy mal. Porque todos sabemos que la función principal de los fanfics es que los personajes tengan mucho sexo y sufran aún más que en las historias originales, lo cuál suele requerir mucho más ingenio que lo primero, al menos en el caso de Expediente X, ya que en la serie había todo menos sexo y sobraba sufrimiento por todas partes. No diré cuánto hay de lo uno y de lo otro, no diré más, estáis invitados a pasar y jugar a un pequeño juego: el de las escaleras y las serpientes.