Imaginación eres tú
Oct. 6th, 2009 03:25 am![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png){kind=small}
yuviaNo, una vez más no es cierto que me haya retrasado un día, sólo lo parece.
No sabía qué elegir entre las montones de cosas que tickles my fancy, de hecho ni siquiera quería buscar el significado exacto, pero lo he hecho. Y al parecer es algo así como lo que hace cosquillas a mi imaginación (traducción libre) Pues bien, en el enlace tenéis un dibujo de lo que hace cosquillas a mi imaginación, y quizá debería dejarlo ahí porque eso lo diría todo. Pero os haré un breve tratado al respecto.
Todo hace cosquillas a mi imaginación. Por eso mi imaginación es como una caja con tres agujeros. En ella hay sombreros o boas que se han comido un elefante, hay una niña rechazando una muñeca perfecta porque no se la puede querer. Ende, que ha hecho muchas cosquillas a mi imaginación, lo explicó perfectamente: La cosa no iba de que la Fantasía era un universo completo que podía entrar en contacto con nuestro mundo. La cuestión era que una sóla persona, Tú, para ser más exactos, podía crear ese universo si quería.
Siempre me he quejado de que mi imaginación es demasiado racional. De pequeña no me valían las historias de princesas y dragones, ni los seres voladores, ni las hadas ni los duendes. No los había racionalizado los suficiente para entender que eran reales. Así que cuando leí La historia interminable, no pensé que yo podía ser Bastián escuchando la llamada. Consideré que un escritor había inventado una historia tratando de explicar su opinión, según la cuál todas las personas debían utilizar su imaginación, hacerla vivir, dejarla crecer, y debían estar atentos para que nunca se extinguiese.
Y, en parte por eso y sin duda porque sí dejé que todo hiciese cosquillas a mi imaginación. Que todo entrase, se hiciese un sitiito en mi cerebro y dejase crecer su flor cuyos pétalos mueren y nacen constantemente. Todo.
Lo cierto es que todo me hace cosquillas y sólo me siento tonta cuando me resisto a reír, como si eso fuese poco maduro o una pérdida de tiempo. Las hojas en blanco me hacen cosquillas, los ojos en los que me veo, el viento en los sauces, la forma de un valle, el silencio y el ruido, el sueño y la vigilia.
Por suerte, la imaginación no es lo único que tengo, pero he de reconocerle que es lo único que siempre he tenido, que siempre ha estado conmigo y lo que más confío que siga estándolo. Y es toda mía, aunque esté hecha de todos, aunque esté siempre deseando hacerla llegar a las imaginaciones de los demás.
En resumen, para quien sabe entenderlo, una caja con tres agujeros. Lo verdaderamente importante siempre es visible para los ojos que saben mirar.
Muchas gracias por vuestros aportes a mi imaginación y por cada vez que la habéis dejado entrar en la vuestra.
No sabía qué elegir entre las montones de cosas que tickles my fancy, de hecho ni siquiera quería buscar el significado exacto, pero lo he hecho. Y al parecer es algo así como lo que hace cosquillas a mi imaginación (traducción libre) Pues bien, en el enlace tenéis un dibujo de lo que hace cosquillas a mi imaginación, y quizá debería dejarlo ahí porque eso lo diría todo. Pero os haré un breve tratado al respecto.
Day one: a song
Day two: a picture
Day three: a book/ebook/fanfic
Day four: a site
Day five: a youtube clip
Day six: a quote
Day seven: whatever tickles your fancy
Todo hace cosquillas a mi imaginación. Por eso mi imaginación es como una caja con tres agujeros. En ella hay sombreros o boas que se han comido un elefante, hay una niña rechazando una muñeca perfecta porque no se la puede querer. Ende, que ha hecho muchas cosquillas a mi imaginación, lo explicó perfectamente: La cosa no iba de que la Fantasía era un universo completo que podía entrar en contacto con nuestro mundo. La cuestión era que una sóla persona, Tú, para ser más exactos, podía crear ese universo si quería.
Siempre me he quejado de que mi imaginación es demasiado racional. De pequeña no me valían las historias de princesas y dragones, ni los seres voladores, ni las hadas ni los duendes. No los había racionalizado los suficiente para entender que eran reales. Así que cuando leí La historia interminable, no pensé que yo podía ser Bastián escuchando la llamada. Consideré que un escritor había inventado una historia tratando de explicar su opinión, según la cuál todas las personas debían utilizar su imaginación, hacerla vivir, dejarla crecer, y debían estar atentos para que nunca se extinguiese.
Y, en parte por eso y sin duda porque sí dejé que todo hiciese cosquillas a mi imaginación. Que todo entrase, se hiciese un sitiito en mi cerebro y dejase crecer su flor cuyos pétalos mueren y nacen constantemente. Todo.
Lo cierto es que todo me hace cosquillas y sólo me siento tonta cuando me resisto a reír, como si eso fuese poco maduro o una pérdida de tiempo. Las hojas en blanco me hacen cosquillas, los ojos en los que me veo, el viento en los sauces, la forma de un valle, el silencio y el ruido, el sueño y la vigilia.
Por suerte, la imaginación no es lo único que tengo, pero he de reconocerle que es lo único que siempre he tenido, que siempre ha estado conmigo y lo que más confío que siga estándolo. Y es toda mía, aunque esté hecha de todos, aunque esté siempre deseando hacerla llegar a las imaginaciones de los demás.
En resumen, para quien sabe entenderlo, una caja con tres agujeros. Lo verdaderamente importante siempre es visible para los ojos que saben mirar.
Muchas gracias por vuestros aportes a mi imaginación y por cada vez que la habéis dejado entrar en la vuestra.
