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No es a quién amas, sino cómo, decía el cartel.
Pensaba empezar con el monólogo del coche, pero hay más monólogos grandiosos, es largo y, además, tuve la suerte de ver esta película la primera vez sin tener la más mínima idea de lo que iba a pasar y no quiero chafársela a nadie.
Persiguiendo a Amy, es la película, de la que no sé qué voy a contar y que recomiendo fervientemente a cualquiera que no tenga problemas con escuchar largos diálogos con lenguaje sexual explícito. Es una maravilla, es graciosa, es muy interesante y es...muy cierta.
Es una película sobre el amor, sobre la amistad, sobre la inseguridad respecto a uno mismo, sobre lo absolutamente estúpidos que podemos llegar a ser cuando nos empeñamos, sobre buscar eternamente, encontrar por casualidad y la importancia y la dificultad de saber actuar cuando esa casualidad se da.Hace tiempo, escribiendo un diálogo en un fanfic, salió una frase de tantas, de esas que salen solas cuando haces un diálogo “¿Se puede querer absolutamente todo con una persona y aún así no saber qué hacer con ella?” No es nada nuevo que digamos pero me pareció un buen resumen de todo lo viejo, de lo de siempre.
Hace no mucho, se me ocurrió por fin un precedente a Californication y fue precisamente esta película. De lo que habla esta película es de eso, de la parte difícil del cuento, de la tan importante y tan poco tratada, la de qué hacer. Eternal sunshine of the spotless mind (odioso título en castellano: Olvídate de mí) hablaba de forma muy distinta, muy explicativa y con ejemplo práctico, de lo mismo.
Ambas películas me siguen produciendo esa sorpresa ante el hecho de que no hayan revolucionado absolutamente el mundo del cine. Ambas me parecen infravaloradas y en el fondo sé que es porque yo las valoro muy por encima de su calidad fílmica.
Centrándome un poco, Persiguiendo a Amy es una película de guión. Tiene muy buenas interpretaciones, la de Joey Lauren Adams perfecta, la de Ben Affleck de las pocas que soporto. El guión es de Bob el silencioso, Kevin Smith, que considero ni antes ni después ha llegado al mismo nivel. Me gustan todas sus películas, Dogma en particular me parece preciosa y muy muy buena, pero ésta es otra historia. En resumen, diálogos rápidos y realistas, extremadamente graciosos; múltiples referencias a los tópicos y arquetipos (todos los personajes son creadores de cómics), a cómo la sociedad y la cultura de paso encierran a determinados grupos en el tópico; unos monólogos para enmarcar: Coche, cama, aparcamiento, tienda de música, salón,...; una historia de esas entre lo complejo y lo vulgar, algo que en realidad podría pasarle a cualquiera y que está tan bien contado que te lo crees palabra por palabra.
La cuestión está en la típica pregunta de qué ocurre después del final del cuento, qué pasa tras el “te quiero”, saltando a otra referencia fílmica, todo aquello que contaba Barbra Streissand en El amor tiene dos caras (quizá no es una película grandiosa pero su clase sobre los arquetipos literarios es para partirse) “No nos cuentan que la princesa volvió loco al príncipe con su obsesión de limpiar el palacio”; “Si no escucho a Pucinni cuando le beso, lo largo”.
Os voy a contar un secreto: Cuando era pequeña siempre pensaba que lo de después tenía que ser el colmo del aburrimiento, que el “Vivieron felices y comieron perdices” tenía que ser para moooooooorirse del tedio. Me imaginaba al príncipe y la princesa bostezando eternamente en medio de su felicidad... Luego una crece y llega a plantearse dos cosas importantísimas:
-Ejem, no se suponía que el amor siempre era correspondido?????????? Ein???????? Que se miraba a alguien al otro lado de la habitación y en un simple cruce de miradas se reconocía al alma gemela y ahí ya daba igual todo, la guerra, la sociedad, las fuerzas maléficas, las brujas y las manzanas, el fin del mundo y mil cosas más porque el amor era más fuerte y siempresiempresiempre era compartido y tal????????
-Ay, jo, prefiero el aburrimiento y los bostezos....Puedo elegir aburrimiento y bostezos, porfa....?
Los cuentos de hadas son un gran timo. Me lo veía venir, porque yo estaba convencida de que los lobos eran buenos (porque mira que le tienen manía a los lobos, con lo majos que son), pero no es sólo eso.
Un timo.
Pero ocurre quizá que el timo está en el fondo. El timo está en el arquetipo y la simplificación. Más allá de la gran mentira del bueno-malo, del correspondido, de los héroes que, perdón por la expresión, mean colonia, del final no por ser feliz, sino por final (las cosas no acaban), es la reiteración de patrones creados a partir de la eliminación de información. En la falta de idiosincrasia de los personajes a favor de una generalización.
En el reparto de papeles bosquejados a partir de características superficiales.
El tema es que eso se presenta también en la sociedad. No es la sociedad que es por culpa de los cuentos, sino que los cuentos son lo que son por la sociedad. Es la gran cuestión de que abstraer implica eliminar información. He discutido esto hasta bajo el agua: Las generalizaciones son necesarias para tener referentes, conocimiento del entorno, para que cada decisión, cada respuesta a un estímulo no requiera de largos procesos deductivos. Se almacena una pequeña cantidad de información en forma de generalización y eso es muy útil pero extremadamente inexacto.
Es, por poner un ejemplo tonto, como las señales de tráfico. “Peligro, pechos”.
(Por si sigues leyendo y aún no te has dado cuenta: Estoy delirando)
La protagonista de esta película, que no se llama Amy, sino Allison, es un arquetipo del individuo pegándose cabezazos contra las rejas del arquetipo en que le han encerrado. Porque, pequeño spoiler, Allison es un cielo. Allison es todo lo que se le puede pedir a una persona pero al mismo tiempo es sencillamente ella, alguien que nació sin libro de instrucciones, sin todo aprendido, y se empeñó en ser ella. Pero lo que esperan los demás es que sea lo que se supone que debe ser teniendo en cuenta que... Teniendo en cuenta una cosa, y luego otra y luego otra. El arquetipo va variando y lo que se espera de ella va variando pero la cuestión es que sólo es lo que es: La misma persona en todo momento, la misma persona maravillosa harta de que los demás presupongan comportamientos lineales, estereotipados y sencillamente menos bellos de lo que ella es.
A estas alturas ya ni sé de qué va esto y encima me voy a poner filosófica y a decir perogrulladas...
Entiendo que la sociedad mejora poquitito a poco en ese sentido, creo que el individuo siempre ha sido igual en ese sentido, que más allá de aberraciones forzadas por las culturas siempre ha habido personas que han sabido separar el grano de la paja y ver a través del tópico. Aún así, sí es cierto que se tiende a que ese hecho sea el mayoritario en la sociedad, al respeto a las minorías pero más importante aún a la individualidad. Creo que, aunque siempre habrá personas que, vete a saber, igual encajan tan bien en el tópico y son tan arquetípicamente perfectas que quieren que todo vaya con un cartelito en el que se resuma en una palabra lo que eres (masculino, femenino, listo, tonto, homo, hetero, rico, pobre, negro, blanco, bueno, malo) cada vez son menos. Pero creo que es preciso un esfuerzo unipersonal en borrar las rejas inventadas para encerrar a los otros en una imagen simplificada, que la abstracción es perfecta para las señales de tráfico, y un inmenso error para las personas.
Hay que querer a las personas como son: no existen otras, dice el dicho. A veces las personas son muy difíciles y muy imperfectas, eso es inevitable, lo evitable es ponerles defectos que no tienen, en un desesperado intento de encajonarlas en lo que se supone que deberían ser.
Porque ya es bastante difícil todo, ya es bastante que el timo lo sea, que los sentimientos no siempre sean correspondidos y tirando a nunca exactamente correspondidos, que la guerra y el fin del mundo parezcan chistes contra las dificultades reales que se presentan a veces, que no haya aburrimiento ni cuando uno lo pide y que la felicidad y para siempre den risa en la misma frase, como para encima hacer un problema de lo que no lo es, tan sólo porque presupones que las cosas tendrían que ser de una manera determinada cuando son a su manera, a menudo, mucho mejores.
Y, yata, ya he soltado el rollo.
no subject
Date: 2008-03-26 07:39 am (UTC)Me gusta lo de las imperfecciones y demás que dices... jeje.... personajes complejos y profundos... eso es lo que de verdad importa...
Besosssss
no subject
Date: 2008-03-26 10:49 pm (UTC)Persiguiendo a Amy es algo distinto al resto de lo que ha hecho Kevin Smith. Mallrats es divertida, pero ya. Esta está muy por encima.
Besos.