![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Bienvenidos todos, propios y extraños, al gran DIA DE LA ADORACIÓN ELEJOTERA DE EXPEDIENTE X promovido por la maravillosa
blumis y seguido por un buen número de personas porque, como comentaré posteriormente, los locos pueden llegar a ser muy persuasivos.
Mi humilde y como siempre demasiado larga aportación personal se centrará en los episodios Ice y Folie a deux, que los conocedores y shipperianos del tema recordarán como "momento revisión de nucas" y "la única entre cinco mil millones". A los no doctos informo de que son una historia de ciencia ficción en toda regla, el primero, y un cuento de monstruos que versa sobre la gran pregunta de qué ocurre si el loco es tan sólo quien ve la realidad completa, el segundo. Ambos altamente recomendables, si gustas: 1x07 y 5x19.
La pregunta de por qué elegí Ice se responde con una sola palabra: Trastero. Quizá no fuese un trastero, pero eso no le importa a nadie porque el caso es que era un lugar donde Mulder y Scully se daban la espalda para que el otro les pasase (con lujuria) la mano por la nuca y decidiese que podía confiar. Cualquiera que siga la serie sabe de qué hablo y sabe que trastero es de esas palabras tipo saco de dormir, pasillo, beso en la frente, té en la bolsa, etc a los que damos un valor añadido que algunos no entienden.
Pero quizá lea esto alguien que no ha visto la serie, o que la recuerde sólo como una serie de cosas de aliens y raras y tal, que produjo una extraña impresión tipo impronta en algunos pirados, cosa que debería considerarse en sí misma un expediente X.
Si perteneces al segundo grupo, te traduzco: Trastero de Ice significa confianza, significa “o juntos o nada”, significa “estoy dispuesto a jugarme la vida por creer en ti, pero eso no implica que no vaya a comprobarlo”. Mulder y Scully eran fe y ciencia, eran querer creer y necesitar pruebas, pero los dos luchaban juntos y ambas cosas se mezclaban en ambos. Y la combinación, por supuesto, era PERFECTA.
La confianza siempre ha sido mi tema favorito en esta serie y Ice la trató con mayúsculas por primera vez.
A continuación, mi comentario serio y comedido seguido de todo lo que vi a través.
El por qué Folie a deux es otra historia, requiere más palabras, muchísimas más que un “Eres la única entre cinco mil millones” (quizá no requiera más, pero las hay). Porque Folie a deux es Mulder haciendo de psicólogo, Mulder atado a una cama diciendo con una sonrisa que era de esperar que acabase así, Mulder haciendo el ridículo por empeñarse en salvar a Skinner de un bicho. Pero es también Scully, Scully con cara de desesperación porque tiene que buscar una frase entre todos los expedientes, Scully viendo lo que sólo algunos pueden ver y Scully dando su conclusión respecto al caso: Folie a deux, locura compartida por dos.
Sí, después de cinco años, era de esperar.
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Mi humilde y como siempre demasiado larga aportación personal se centrará en los episodios Ice y Folie a deux, que los conocedores y shipperianos del tema recordarán como "momento revisión de nucas" y "la única entre cinco mil millones". A los no doctos informo de que son una historia de ciencia ficción en toda regla, el primero, y un cuento de monstruos que versa sobre la gran pregunta de qué ocurre si el loco es tan sólo quien ve la realidad completa, el segundo. Ambos altamente recomendables, si gustas: 1x07 y 5x19.
La pregunta de por qué elegí Ice se responde con una sola palabra: Trastero. Quizá no fuese un trastero, pero eso no le importa a nadie porque el caso es que era un lugar donde Mulder y Scully se daban la espalda para que el otro les pasase (con lujuria) la mano por la nuca y decidiese que podía confiar. Cualquiera que siga la serie sabe de qué hablo y sabe que trastero es de esas palabras tipo saco de dormir, pasillo, beso en la frente, té en la bolsa, etc a los que damos un valor añadido que algunos no entienden.
Pero quizá lea esto alguien que no ha visto la serie, o que la recuerde sólo como una serie de cosas de aliens y raras y tal, que produjo una extraña impresión tipo impronta en algunos pirados, cosa que debería considerarse en sí misma un expediente X.
Si perteneces al segundo grupo, te traduzco: Trastero de Ice significa confianza, significa “o juntos o nada”, significa “estoy dispuesto a jugarme la vida por creer en ti, pero eso no implica que no vaya a comprobarlo”. Mulder y Scully eran fe y ciencia, eran querer creer y necesitar pruebas, pero los dos luchaban juntos y ambas cosas se mezclaban en ambos. Y la combinación, por supuesto, era PERFECTA.
La confianza siempre ha sido mi tema favorito en esta serie y Ice la trató con mayúsculas por primera vez.
A continuación, mi comentario serio y comedido seguido de todo lo que vi a través.
Ice es una historia de ciencia-ficción de libro. En ello residen los que son, para mí, sus únicos defectos y buena parte de sus virtudes. Los dos defectos son sus errores científicos y el resultar relativamente previsible. Fin de defectos.
El episodio comienza con un hombre ensangrentado que se graba en video diciendo “No somos quienes somos”, otro hombre le ataca, pelean y acaban apuntándose hasta que el primero se lleva la pistola a la sien, el otro le imita y se oyen dos disparos.
Mulder y Scully ven el video. Han sido encargados de ir a una estación en que un grupo de científicos estudiaban hielo extraído del antiguo cráter de un meteorito en el círculo polar ártico. Todos han muerto. Les acompañarán un médico, una toxicóloga y un geólogo, uniéndose al grupo el piloto de la avioneta que les lleva al lugar.
Seis personas encerradas en medio de la nada junto con el elemento desconocido, un parásito presente en el hielo, que ha provocado que el grupo anterior se mate.
Hay demasiadas cosas en Ice que me gustan. Por algo fue el episodio que me enganchó a la serie. Un episodio casi perfecto cuando sólo iban seis no es precisamente decir poco. Incluye prácticamente todos los elementos que acabarían siendo constantes:
-¿Qué se esconde en lo desconocido?
-La posibilidad de otras formas de vida.
-Las mentiras oficiales.
-El culpable puede ser sólo una víctima.
-Las personas siempre son lo primero, por encima de cualquier investigación o cualquier misterio.
-La desconfianza a veces es inevitable.
-La confianza en el otro es un riesgo necesario.
Todos estos elementos tratados a la perfección de principio a fin, con la intriga mantenida hasta el último momento.
Ice nos muestra a personas encerradas y obligadas a coexistir que se miran con recelo e incluso dudan de sí mismas pero necesitan creer. Necesitan pensar que podrán resolver el misterio, que van a salir sanas y salvas de la situación. Pero necesitan también no sentirse solas en ello, necesitan y quieren creer en los otros.
Aparecen inevitables el miedo, el nerviosismo y la ira. Todos se enfrentan con todos, desconfiando de todos, sintiendo el peligro inevitable de estar junto a alguien que no es que pueda querer dañarles, es que, como decía el personaje al principio, puede no ser quien es. Forman pequeñas alianzas que varían por fuerza cuando las sospechas crecen, pero están en definitiva solos tratando de decidir qué pueden arriesgar, hasta qué punto pueden confiar, sin poner en peligro su vida. En un ambiente que sólo recuerda cuán importante es el riesgo.
Perfecta ahí, la escena en que Scully entra en una habitación para dormir y retira todas las fotos, arrastra la mesa contra la puerta y se agacha en el suelo aterrorizada.
Pero la gran historia dentro de la historia son, por supuesto, Mulder y Scully desconfiando el uno del otro. El compañero que se quiere sea apoyo pero puede ser peligro y la decisión de confiar o no. Confiar implica la propia muerte, desconfiar implica la muerte del otro y, en un episodio 7, las prioridades ya están claras.
Mulder aparece junto a un cadáver. Es el gran sospechoso acusado por todos. Scully le apunta y le recuerda “Quizá no seas quien eres”. El sabe que no es culpable, lo que significa que uno de los otros lo es. Es la propia Scully quien le encierra. “Aquí dentro estaré más seguro que tú”, le avisa él. Ella encuentra la cura, que sería mortal para alguien no infectado, y vuelve a verle. Se miran ambos sabiendo que el otro puede estar ahí para matarles. Mulder toma la decisión “No confío en ellos pero me gustaría confiar en ti” y, sencillamente, lo hace. Como si prefiriese morir a pensar que Scully puede haberse infectado, puede ser una asesina, enferma de algo que no tiene más salida que la muerte. Le da la espalda para que le examine jugándose la vida y, cuando ella lo hace, cuando al volverse sonríe aliviada y va a salir, él reclama su prueba de confianza ya innecesaria.
Esa es la historia del séptimo episodio y del resto de la serie. Están las sospechas, las pistas que conducen a sacar una conclusión, las pruebas fehacientes, y está por encima la fe, la necesidad de creer que esa persona que está a nuestro lado está también de nuestro lado.
Porque Mulder y Scully, profesionales investigadores del FBI, más allá y más acá y más en medio de todo lo que fueron juntos y por separado, de la inmensidad de formas distintas en que se quisieron, se necesitaron y estuvieron ahí el uno para el otro, siempre fueron en parte esas dos personas encerradas en un trastero a las que daba igual cuánto les obligasen las circunstancias a desconfiar, siempre eligieron la otra opción. Siempre prefirieron poner su vida en manos del otro, cerrar los ojos y ver. Porque, si no podían seguir juntos en ello, el resto no merecía la pena.
Por eso es recordado este episodio, de principio impactante y cargado de preguntas, de desarrollo impecable, de tratado sobre cómo hacer una buena historia de ciencia-ficción. Por eso yo seguí viendo la serie, por el hombre que se da la vuelta en un “si no puedo confiar en ti, si no vamos a salir los dos de ésta, ¿para qué?” De eso trató el resto de la serie, entre distintos miedos a distintas formas de vida, otras dudas, otras desconfianzas, otros casos difíciles sin solución, otras víctimas y más ocultación de la verdad. De confianza que exige pruebas pero, cuando no las hay, la fe va primero.
Ice fue el primer inmenso “Quiero creer”-“al menos en ti”.
Inolvidable.
El episodio comienza con un hombre ensangrentado que se graba en video diciendo “No somos quienes somos”, otro hombre le ataca, pelean y acaban apuntándose hasta que el primero se lleva la pistola a la sien, el otro le imita y se oyen dos disparos.
Mulder y Scully ven el video. Han sido encargados de ir a una estación en que un grupo de científicos estudiaban hielo extraído del antiguo cráter de un meteorito en el círculo polar ártico. Todos han muerto. Les acompañarán un médico, una toxicóloga y un geólogo, uniéndose al grupo el piloto de la avioneta que les lleva al lugar.
Seis personas encerradas en medio de la nada junto con el elemento desconocido, un parásito presente en el hielo, que ha provocado que el grupo anterior se mate.
Hay demasiadas cosas en Ice que me gustan. Por algo fue el episodio que me enganchó a la serie. Un episodio casi perfecto cuando sólo iban seis no es precisamente decir poco. Incluye prácticamente todos los elementos que acabarían siendo constantes:
-¿Qué se esconde en lo desconocido?
-La posibilidad de otras formas de vida.
-Las mentiras oficiales.
-El culpable puede ser sólo una víctima.
-Las personas siempre son lo primero, por encima de cualquier investigación o cualquier misterio.
-La desconfianza a veces es inevitable.
-La confianza en el otro es un riesgo necesario.
Todos estos elementos tratados a la perfección de principio a fin, con la intriga mantenida hasta el último momento.
Ice nos muestra a personas encerradas y obligadas a coexistir que se miran con recelo e incluso dudan de sí mismas pero necesitan creer. Necesitan pensar que podrán resolver el misterio, que van a salir sanas y salvas de la situación. Pero necesitan también no sentirse solas en ello, necesitan y quieren creer en los otros.
Aparecen inevitables el miedo, el nerviosismo y la ira. Todos se enfrentan con todos, desconfiando de todos, sintiendo el peligro inevitable de estar junto a alguien que no es que pueda querer dañarles, es que, como decía el personaje al principio, puede no ser quien es. Forman pequeñas alianzas que varían por fuerza cuando las sospechas crecen, pero están en definitiva solos tratando de decidir qué pueden arriesgar, hasta qué punto pueden confiar, sin poner en peligro su vida. En un ambiente que sólo recuerda cuán importante es el riesgo.
Perfecta ahí, la escena en que Scully entra en una habitación para dormir y retira todas las fotos, arrastra la mesa contra la puerta y se agacha en el suelo aterrorizada.
Pero la gran historia dentro de la historia son, por supuesto, Mulder y Scully desconfiando el uno del otro. El compañero que se quiere sea apoyo pero puede ser peligro y la decisión de confiar o no. Confiar implica la propia muerte, desconfiar implica la muerte del otro y, en un episodio 7, las prioridades ya están claras.
Mulder aparece junto a un cadáver. Es el gran sospechoso acusado por todos. Scully le apunta y le recuerda “Quizá no seas quien eres”. El sabe que no es culpable, lo que significa que uno de los otros lo es. Es la propia Scully quien le encierra. “Aquí dentro estaré más seguro que tú”, le avisa él. Ella encuentra la cura, que sería mortal para alguien no infectado, y vuelve a verle. Se miran ambos sabiendo que el otro puede estar ahí para matarles. Mulder toma la decisión “No confío en ellos pero me gustaría confiar en ti” y, sencillamente, lo hace. Como si prefiriese morir a pensar que Scully puede haberse infectado, puede ser una asesina, enferma de algo que no tiene más salida que la muerte. Le da la espalda para que le examine jugándose la vida y, cuando ella lo hace, cuando al volverse sonríe aliviada y va a salir, él reclama su prueba de confianza ya innecesaria.
Esa es la historia del séptimo episodio y del resto de la serie. Están las sospechas, las pistas que conducen a sacar una conclusión, las pruebas fehacientes, y está por encima la fe, la necesidad de creer que esa persona que está a nuestro lado está también de nuestro lado.
Porque Mulder y Scully, profesionales investigadores del FBI, más allá y más acá y más en medio de todo lo que fueron juntos y por separado, de la inmensidad de formas distintas en que se quisieron, se necesitaron y estuvieron ahí el uno para el otro, siempre fueron en parte esas dos personas encerradas en un trastero a las que daba igual cuánto les obligasen las circunstancias a desconfiar, siempre eligieron la otra opción. Siempre prefirieron poner su vida en manos del otro, cerrar los ojos y ver. Porque, si no podían seguir juntos en ello, el resto no merecía la pena.
Por eso es recordado este episodio, de principio impactante y cargado de preguntas, de desarrollo impecable, de tratado sobre cómo hacer una buena historia de ciencia-ficción. Por eso yo seguí viendo la serie, por el hombre que se da la vuelta en un “si no puedo confiar en ti, si no vamos a salir los dos de ésta, ¿para qué?” De eso trató el resto de la serie, entre distintos miedos a distintas formas de vida, otras dudas, otras desconfianzas, otros casos difíciles sin solución, otras víctimas y más ocultación de la verdad. De confianza que exige pruebas pero, cuando no las hay, la fe va primero.
Ice fue el primer inmenso “Quiero creer”-“al menos en ti”.
Inolvidable.
El por qué Folie a deux es otra historia, requiere más palabras, muchísimas más que un “Eres la única entre cinco mil millones” (quizá no requiera más, pero las hay). Porque Folie a deux es Mulder haciendo de psicólogo, Mulder atado a una cama diciendo con una sonrisa que era de esperar que acabase así, Mulder haciendo el ridículo por empeñarse en salvar a Skinner de un bicho. Pero es también Scully, Scully con cara de desesperación porque tiene que buscar una frase entre todos los expedientes, Scully viendo lo que sólo algunos pueden ver y Scully dando su conclusión respecto al caso: Folie a deux, locura compartida por dos.
Sí, después de cinco años, era de esperar.
El episodio empieza con un pobre operador telefónico que llama ofreciendo 100 dólares porque su empresa le explique al futuro cliente de qué va el producto (el negocio es rarito, desde luego) y en plena llamada ve a su jefe, que es un bicho.
A ver, quiero decir un bicho-bicho. No metafóricamente ni nada. Le está mirando y de pronto el tipo se transforma en una cosa negra rara que vibra y emite un zumbido, con trompa y patitas y tal. Y el pobre hombre informa a la señora al teléfono, que no para de preguntar por sus 100 dólares que “Está aquí”.
Folie a deux siempre me ha parecido dos episodios en uno: El episodio en que Mulder va con cara de fastidio a investigar lo que considera una chaladura, dejando atrás a Scully porque él es el gran ser sufriente y ella no tiene por qué pasar por ello. Pero, al llegar, Mulder no puede evitar ser quién es: Un investigador en toda regla que sabe dónde mirar, cuándo hay que tomarse las cosas en serio y cómo llevar un secuestro. En el segundo episodio, Mulder es más el de siempre, el chalado al que nadie cree. Y, lo que no es tan habitual, Scully ve.
Así que ahí están los dos, recién salidos del despacho de Skinner que les ha contado que hay un monstruo que acecha a los empleados. “Monstruos, soy su hombre”. Mulder con sus dedos vendados (porque se los rompieron por hacerse pasar por simpatizante con un grupo terrorista en Pine Bluff variant y Scully se los curó, recordemos el momento). Mulder comenta que debe haber llegado a ese punto en que le llaman cada vez que alguien ve a la Virgen María en una tortilla. Scully le dice...lo lógico: Por qué este caso es una pérdida de tiempo y el resto no (lo último se lo calla) y que se dirigió a ambos.
Pero se queda sola en el pasillo porque Mulder está en modo sufridor.
Mulder va ha hablar con el bicho, escucha la cinta que el chalado envió a la radio hablando de él y pasa considerablemente del tema. Pero. “Se esconde en la luz” es una frase que Mulder recuerda porque está en un caso. Así que llama a Scully para que la busque. “Hay cientos”, dice ella. “Te lo agradecería”, dice él.
Por supuesto, Scully encuentra la frase, mientras el bicho sigue transformando a sus empleados en zombies a su servicio y Mulder analiza la cinta demostrando lo mucho que sabe (esto sobraba pero lo digo) y acaba diciendo a Scully que vaya a ayudarle.
“Te lo dije”.
Pues eso.
El chalado retiene al bicho y los empleados y pilla de casualidad a Mulder que iba para allá. Se hace pasar por alguien que iba a por trabajo y demuestra otra vez lo mucho que sabe hablando con el chalado pero, aunque Scully ha llegado y les ha dicho que no le llamen y que le pondrán en peligro y todo, los policías le llaman, el chalado ve que es del FBI, le pega (jo) y en los nervios se carga a un zombie.
Aquí el episodio pasa a episodio dos porque, cuando envían a un cámara para que el chalado diga lo que quiera y entran a lo bestia cargándose una pared y disparando al chalado Mulder lo ve. Ve al bicho.
Ahora es él quien lo sabe.
Y pasamos de una buena historia sobre un perturbado secuestrador a una historia sobre la gran pregunta ¿Y si el loco no está loco? ¿Y si la locura es la capacidad de ver lo que otros no ven?
“Lo vio porque estaba perturbado o estaba perturbado porque lo había visto” “Yo también lo vi, ¿me convierte eso en un perturbado, en un demente?”
Scully (se calla la respuesta obvia) habla de la presión que ha sufrido, Mulder le pide que le haga la autopsia al zombie, ella le dice que no y él se va solo a sufrir y demostarlo.
Skinner se preocupa de nuevo porque Mulder esté pirado, Scully le vuelve a cubrir y hace la autopsia sin ningún interés, hasta que otro médico le dice que tiene aspecto de llevar muerto mucho tiempo.
Mientras, Mulder se mete en la casa de una mujer para salvarla, le detienen y tiene una conversación con Skinner y el bicho en la que, el bicho actúa como si fuese a atacar a Skinner, Mulder salta para salvarle...y acaba en un hospital atado a una cama.
“Cinco años juntos Scully, debiste imaginar que esto pasaría”.
No, venga, pensemos un instante en el doble sentido de esta frase y digamos un Oh!
“Tienes que estar dispuesta a ver”. “Scully, debes creerme, por favor. Nadie en este dichoso planeta me cree ni me creerá. Eres la única entre cinco mil millones”.
Mientras Scully se va a repetir la autopsia y a preguntarse largamente por qué Mulder tiene la capacidad de decir esas cosas y cómo es posible que ella pueda no derretirse cuando ocurre, el bicho acecha a Mulder por la ventana y hace zombie a la enfermera para que la abra y poder atacarle. Momento cuento infantil de miedo a los monstruos grandioso. El niño (Mulder) que ha visto al monstruo en la ventana intenta convencer a mamá (enfermera) que sabe que los monstruos no existen.
Pero Scully vuelve a verle y entonces ocurre: La ve, ve que es un zombie, entra en la habitación y ve al bicho, salvando a Mulder.
Sin pruebas apenas, Scully habla con Skinner. Él le pide que describa al intruso en la habitación de Mulder. “Estaba oscuro”
Mulder le pregunta al salir.
-¿Qué le has dicho?
-La verdad, según yo la he entendido.
-¿Y es?
-Folie a deux, locura compartida por dos.
Y entra con él en el ascensor, y las puertas se cierran.
Folie a deux es por tanto un episodio con caso tipo monstruo. En esta ocasión un monstruo casi infantil, un hombre del saco. Alguien capaz de hacerse pasar por normal ocultando su verdadera naturaleza a la vista de los demás y sólo unos pocos, que serán tomados por locos, son conscientes de lo que es en realidad y tienen que enfrentarse no a él, que prácticamente les ignora sabiéndose ganador, sino al resto.
Quién quiera puede ver la metáfora en esto. Yo, desde luego, la veo.
Tiene un buen desarrollo de la acción en la primera parte, donde el investigador rarito se toma las cosas con ligereza hasta descubrir que sí hay algo que investigar. Luego, se da ese paso de testigo donde tiene que defender la locura.
A nivel de personajes, para mí, Folie a deux es uno de los grandes.
Mulder sintiéndose despreciado y menospreciado, tomado por loco esta vez del todo. En esta ocasión se le ve dar el salto de fe, pasar de no creer a creer. La escena del final del secuestro, el modo en que mira a ambos dándose cuenta de que se ha equivocado. El modo en que defiende a Skinner. La relativa tranquilidad con que se toma estar hospitalizado por loco. El miedo y la petición a Scully sabiendo que sólo ella puede.
Scully empieza siendo dejada de lado, como si a ella no le afectase que les encargasen en ocasiones casos que parecen tonterías. Pero está ahí cuando la llama y es ella quién da el gran salto. Quién ve al final.
Cada uno vemos las cosas de una manera. Para mí Folie a deux, casi último episodio de la quinta temporada, es el punto y aparte para Scully. Porque, al final, ese Folie a deux que pronuncia no es su explicación científica ni su autojustificación de los hechos, es casi un chiste, una metáfora. No es lo que dice, es su rostro al decirlo, al entrar con él en el ascensor que se cierra. Locura compartida por dos.
Pues eso.
De nuevo, más allá del detalle recordado de la bonita frase, es un episodio sobre la importancia de ser creído, sobre el riesgo que implica ver las cosas de un modo distinto y luchar por la propia verdad. No sólo Mulder, el operario que se vuelve loco en realidad está intentando defender a sus compañeros y, lo que le lleva a la locura, es no saber cómo hacerlo, saber que nadie va a creerle, que nadie verá las cosas como él. Antes de morir, casi sonríe relajado al entender que Mulder lo ha visto, que no estaba loco pero también que alguien seguirá luchando para que el monstruo no venza.
Ambos en distintos momentos, son personas desesperadas porque alguien les entienda y les crea, planteándose por supuesto que pueden estar equivocados, pero aterrados ante la posibilidad de que no sea así. La diferencia es que Mulder no necesita morir en el intento, porque alguien está dispuesto a ver, a creerle.
Los locos pueden llegar a ser muy persuasivos, y eso Scully lo sabe muy bien.
Le salva en un acto de fe. Siempre fe de ojos abiertos.
Hay que saber mirar.
Mulder y Scully en Folie a deux son dos personas que saben mirar y ver. Les toman por locos por ello...bueno, gajes del oficio.
A ver, quiero decir un bicho-bicho. No metafóricamente ni nada. Le está mirando y de pronto el tipo se transforma en una cosa negra rara que vibra y emite un zumbido, con trompa y patitas y tal. Y el pobre hombre informa a la señora al teléfono, que no para de preguntar por sus 100 dólares que “Está aquí”.
Folie a deux siempre me ha parecido dos episodios en uno: El episodio en que Mulder va con cara de fastidio a investigar lo que considera una chaladura, dejando atrás a Scully porque él es el gran ser sufriente y ella no tiene por qué pasar por ello. Pero, al llegar, Mulder no puede evitar ser quién es: Un investigador en toda regla que sabe dónde mirar, cuándo hay que tomarse las cosas en serio y cómo llevar un secuestro. En el segundo episodio, Mulder es más el de siempre, el chalado al que nadie cree. Y, lo que no es tan habitual, Scully ve.
Así que ahí están los dos, recién salidos del despacho de Skinner que les ha contado que hay un monstruo que acecha a los empleados. “Monstruos, soy su hombre”. Mulder con sus dedos vendados (porque se los rompieron por hacerse pasar por simpatizante con un grupo terrorista en Pine Bluff variant y Scully se los curó, recordemos el momento). Mulder comenta que debe haber llegado a ese punto en que le llaman cada vez que alguien ve a la Virgen María en una tortilla. Scully le dice...lo lógico: Por qué este caso es una pérdida de tiempo y el resto no (lo último se lo calla) y que se dirigió a ambos.
Pero se queda sola en el pasillo porque Mulder está en modo sufridor.
Mulder va ha hablar con el bicho, escucha la cinta que el chalado envió a la radio hablando de él y pasa considerablemente del tema. Pero. “Se esconde en la luz” es una frase que Mulder recuerda porque está en un caso. Así que llama a Scully para que la busque. “Hay cientos”, dice ella. “Te lo agradecería”, dice él.
Por supuesto, Scully encuentra la frase, mientras el bicho sigue transformando a sus empleados en zombies a su servicio y Mulder analiza la cinta demostrando lo mucho que sabe (esto sobraba pero lo digo) y acaba diciendo a Scully que vaya a ayudarle.
“Te lo dije”.
Pues eso.
El chalado retiene al bicho y los empleados y pilla de casualidad a Mulder que iba para allá. Se hace pasar por alguien que iba a por trabajo y demuestra otra vez lo mucho que sabe hablando con el chalado pero, aunque Scully ha llegado y les ha dicho que no le llamen y que le pondrán en peligro y todo, los policías le llaman, el chalado ve que es del FBI, le pega (jo) y en los nervios se carga a un zombie.
Aquí el episodio pasa a episodio dos porque, cuando envían a un cámara para que el chalado diga lo que quiera y entran a lo bestia cargándose una pared y disparando al chalado Mulder lo ve. Ve al bicho.
Ahora es él quien lo sabe.
Y pasamos de una buena historia sobre un perturbado secuestrador a una historia sobre la gran pregunta ¿Y si el loco no está loco? ¿Y si la locura es la capacidad de ver lo que otros no ven?
“Lo vio porque estaba perturbado o estaba perturbado porque lo había visto” “Yo también lo vi, ¿me convierte eso en un perturbado, en un demente?”
Scully (se calla la respuesta obvia) habla de la presión que ha sufrido, Mulder le pide que le haga la autopsia al zombie, ella le dice que no y él se va solo a sufrir y demostarlo.
Skinner se preocupa de nuevo porque Mulder esté pirado, Scully le vuelve a cubrir y hace la autopsia sin ningún interés, hasta que otro médico le dice que tiene aspecto de llevar muerto mucho tiempo.
Mientras, Mulder se mete en la casa de una mujer para salvarla, le detienen y tiene una conversación con Skinner y el bicho en la que, el bicho actúa como si fuese a atacar a Skinner, Mulder salta para salvarle...y acaba en un hospital atado a una cama.
“Cinco años juntos Scully, debiste imaginar que esto pasaría”.
No, venga, pensemos un instante en el doble sentido de esta frase y digamos un Oh!
“Tienes que estar dispuesta a ver”. “Scully, debes creerme, por favor. Nadie en este dichoso planeta me cree ni me creerá. Eres la única entre cinco mil millones”.
Mientras Scully se va a repetir la autopsia y a preguntarse largamente por qué Mulder tiene la capacidad de decir esas cosas y cómo es posible que ella pueda no derretirse cuando ocurre, el bicho acecha a Mulder por la ventana y hace zombie a la enfermera para que la abra y poder atacarle. Momento cuento infantil de miedo a los monstruos grandioso. El niño (Mulder) que ha visto al monstruo en la ventana intenta convencer a mamá (enfermera) que sabe que los monstruos no existen.
Pero Scully vuelve a verle y entonces ocurre: La ve, ve que es un zombie, entra en la habitación y ve al bicho, salvando a Mulder.
Sin pruebas apenas, Scully habla con Skinner. Él le pide que describa al intruso en la habitación de Mulder. “Estaba oscuro”
Mulder le pregunta al salir.
-¿Qué le has dicho?
-La verdad, según yo la he entendido.
-¿Y es?
-Folie a deux, locura compartida por dos.
Y entra con él en el ascensor, y las puertas se cierran.
Folie a deux es por tanto un episodio con caso tipo monstruo. En esta ocasión un monstruo casi infantil, un hombre del saco. Alguien capaz de hacerse pasar por normal ocultando su verdadera naturaleza a la vista de los demás y sólo unos pocos, que serán tomados por locos, son conscientes de lo que es en realidad y tienen que enfrentarse no a él, que prácticamente les ignora sabiéndose ganador, sino al resto.
Quién quiera puede ver la metáfora en esto. Yo, desde luego, la veo.
Tiene un buen desarrollo de la acción en la primera parte, donde el investigador rarito se toma las cosas con ligereza hasta descubrir que sí hay algo que investigar. Luego, se da ese paso de testigo donde tiene que defender la locura.
A nivel de personajes, para mí, Folie a deux es uno de los grandes.
Mulder sintiéndose despreciado y menospreciado, tomado por loco esta vez del todo. En esta ocasión se le ve dar el salto de fe, pasar de no creer a creer. La escena del final del secuestro, el modo en que mira a ambos dándose cuenta de que se ha equivocado. El modo en que defiende a Skinner. La relativa tranquilidad con que se toma estar hospitalizado por loco. El miedo y la petición a Scully sabiendo que sólo ella puede.
Scully empieza siendo dejada de lado, como si a ella no le afectase que les encargasen en ocasiones casos que parecen tonterías. Pero está ahí cuando la llama y es ella quién da el gran salto. Quién ve al final.
Cada uno vemos las cosas de una manera. Para mí Folie a deux, casi último episodio de la quinta temporada, es el punto y aparte para Scully. Porque, al final, ese Folie a deux que pronuncia no es su explicación científica ni su autojustificación de los hechos, es casi un chiste, una metáfora. No es lo que dice, es su rostro al decirlo, al entrar con él en el ascensor que se cierra. Locura compartida por dos.
Pues eso.
De nuevo, más allá del detalle recordado de la bonita frase, es un episodio sobre la importancia de ser creído, sobre el riesgo que implica ver las cosas de un modo distinto y luchar por la propia verdad. No sólo Mulder, el operario que se vuelve loco en realidad está intentando defender a sus compañeros y, lo que le lleva a la locura, es no saber cómo hacerlo, saber que nadie va a creerle, que nadie verá las cosas como él. Antes de morir, casi sonríe relajado al entender que Mulder lo ha visto, que no estaba loco pero también que alguien seguirá luchando para que el monstruo no venza.
Ambos en distintos momentos, son personas desesperadas porque alguien les entienda y les crea, planteándose por supuesto que pueden estar equivocados, pero aterrados ante la posibilidad de que no sea así. La diferencia es que Mulder no necesita morir en el intento, porque alguien está dispuesto a ver, a creerle.
Los locos pueden llegar a ser muy persuasivos, y eso Scully lo sabe muy bien.
Le salva en un acto de fe. Siempre fe de ojos abiertos.
Hay que saber mirar.
Mulder y Scully en Folie a deux son dos personas que saben mirar y ver. Les toman por locos por ello...bueno, gajes del oficio.
no subject
Date: 2008-04-26 07:42 pm (UTC)Ice es uno de los mejores episodios de la primera temporada precisamente por este concepto en el que tienen que confiar uno en otro ante la duda de si pueden hacerlo o si son quienes son. La escena del trastero es emblemática, por que por supuesto ella no se iba a librar de la inspección y la brusquedad con que él la coge inicialmente la alarma y la excita, esta claro. Sudorosos y rabiosos, buena mezcla, mucha UST. Mulder haciendo bromas sobre que están en el Artico y hay que recordarlo cuando comienza a desnudarse delante de otros dos hombres.
Folie à deux empieza con un Mulder asqueado que hace que te chine un poco ante el hecho de que parezca que Scully no forma parte de eso cuando la mierda la salpica a ella igual que él para dar paso a un Mulder pirado y paranoico que cree ver una cucaracha gigante allá donde va, es inevitable pensar que realmente ha perdido la cabeza y por mucho que le cueste, Scully sólo cree si ve, salvo temas religiosos, pero eso es otra cuestión. Y claro, cuando ella también ve el bicho, piensa que también ha perdido la cabeza, es la respuesta más lógica ante lo ocurrido y ella se mueve por eso. Locura compartida por dos. Después de todo lo que ha visto resulta frustrante ver que sigue emperrada en darle una respuesta científica a todo, pero es Scully, ella es así.
Y ese you're the only one in five billions, ese sólo tú puedes creerme, créeme Scully, es cierto.
no subject
Date: 2008-05-02 03:58 am (UTC)Me enamoré de Ice, de esa escena. Es el primer episodio que recuerdo haber visto y me pareció tan interesante eso de querer creer que estaban bien los dos pero no poder evitar desconfiar...
Folie a deux siempre me ha parecido una rareza, es como si cambiase de tono a medio episodio y el bicho es TAN raro... La escena con Skinner me parece de las más cómicas, es cruel porque Mulder lo está pasando mal, pero es tan graciosa..
Pero yo creo que al final ella no lo dice en serio. Tiene cara de pensar "y qué iba a decirle si no?"
Mu bonito, para el caso.
no subject
Date: 2008-04-27 12:00 am (UTC)no subject
Date: 2008-05-02 03:59 am (UTC):Grito de delfín:
(((Rovi)))
no subject
Date: 2008-04-27 09:59 am (UTC)Y Folie á deux es una vuelta de tuerca más. ¿No? Scully se ha embarcado ya en ese viaje sin rumbo donde lo único importante es compartirlo con Mulder.
Pero supongo que en el fondo tiene sentido. En el Piloto Mulder y Scully firmaron un pacto de confianza. Cada episodio en los nueve años siguientes fue un paso más.
no subject
Date: 2008-05-02 04:01 am (UTC)Suscribo tu último párrafo paso a paso.
no subject
Date: 2008-04-27 03:06 pm (UTC)Me gusta mucho el final de Folie à Deux por lo que tiene de simbólico. Mulder y Scully juntos, y solos, en el ascensor, y la puerta que se cierra; si hubiese que escoger una escena para simbolizar todo lo que es Expediente X, ésa sería el momento perfecto.
no subject
Date: 2008-05-02 04:04 am (UTC)Respecto a Ice...qué quieres que te diga? Cuando yo vi esa escena tampoco pensé en su profundo significado filosófico sólo tensión-violencia-sudor-ropa sucia y rota-USTUSTUST=Tengo que seguir viendo esta serie.
"estamos juntos en esto hasta el mismo Infierno más allá"
:Muere de amor por Expediente X:
no subject
Date: 2008-05-24 12:24 am (UTC)"Siempre prefirieron poner su vida en manos del otro, cerrar los ojos y ver. Porque, si no podían seguir juntos en ello, el resto no merecía la pena."
¿se necesita otra razón para amar la serie? Con esa frase has definido la relación Mulder-Scully.
Amo Folie a Deux. locura de dos. Única entre cinco mil millones. para mí, Mulder y Scully están locos, ambos. Mulder por lo que cree, y Scully por seguirlo. Pero como tu dices "¿Y si la locura es la capacidad de ver lo que otros no ven?" y por eso los amo.
"Lo vio porque estaba perturbado o estaba perturbado porque lo había visto” “Yo también lo vi, ¿me convierte eso en un perturbado, en un demente?”
Cuando escuché esto sabía que la pobre Scully se contuvo de responder afirmativamente, bueno, si hasta yo misma lo creí. Es decir, sabemos que mulder tiene razón, pero es su forma de hacer contacto con el mudno lo que lo convierte en un perturbado.
no subject
Date: 2008-05-24 01:08 am (UTC)Por supuesto, cuando lo hubo...por mí bien XD
Folie a deux me encanta por el tratamiento de los personajes. Sólo el modo en que se hablan...dice tanto.
Yo veo a Mulder como un...outsider. No sólo un rebelde, alguien que está fuera del mundo, de la concepción "habitual" de cómo deben ser las cosas, desde lo que existe y lo que no hasta lo que es una forma de vida normal. Y Scully es, cómo era eso? su credencial humana. Por eso es precioso cuando Scully cruza ese límite y ve, es como si fuese su prueba de que no está loco, o de que se puede estar un poco loco y estar en lo cierto.
Enamorados o no o a medias, siempre se quisieron taaaaaaaaaaaaaaaaaaanto.
(La foto de tu icono, LA FOTO!!!!!!) Eso.
Besos.